Entrevista a Mousse, fundador de L’Atelier de Mousse

Emprender es la palabra de moda, pero todos sabemos que no es fácil. Hay que tener una idea, y saber llevarla a cabo. Este es el caso de Mousse, belga afincado en Madrid, que ha logrado conquistarnos con su negocio y también con su cocina. Mousse acaba de fundar L’Atelier de Mousse, especializado en los servicios de Chef a domicilio, catering y talleres de cocina a medida, y Las tartas de l’Atelier, especializada en quiches y tartas dulces. Chef experto, nos confiesa que siempre se puede mejorar a través de la formación continua.

¿Piensas que puedes seguir aprendiendo aún más, te ves en el futuro próximo estudiando?

Creo que siempre se puede aprender más, y que además, hasta el final tenemos la capacidad de aprender nuevas cosas. Aunque ya tengo experiencia en pastelería y soy gran aficionado de lo dulce estoy pensando en hacer el curso de pastelería en Le Cordón Bleu Madrid el próximo verano.

¿Por qué has decidido montar tu negocio en Madrid?

Al principio la idea surgió por circunstancias de la vida. Decidí hacer el diploma en cocina francesa de «Le Cordon Bleu» en Madrid. Conocía la ciudad y me fijé que a nivel gastronómico la gente se está abriendo a nuevos sabores. Al mismo tiempo, son más conscientes de lo que es una cocina de calidad.

Tu negocio es innovador, fresco, ¿qué es lo que piensas que te diferencia de los demás?

Con L’Atelier de Mousse creo que lo que me diferencia es un concepto de cocina del mundo simple y sin pretensión además de dar un servicio y unos productos de calidad. No invento nada aquí, hay una cultura gastronómica muy rica en Madrid y también se empiezan a ver más lugares de comida artesanal y casera. Mi grano es aportar nuevos sabores del mundo a la gente que tiene ganas de descubrir y sorprender a los escépticos. Por otra parte, con Las Tartas de L’Atelier quiero dar a conocer las quiches y unas tartas dulces de calidad hechas de forma artesanal a un precio muy asequible y para todo los públicos.

También haces talleres de cocina. ¿De qué edad suelen ser tus alumnos?

He tenido alumnos de todas edades. Tanto los peques como los grandes vienen a esos talleres porque les gusta cocinar y ese interés se comparte independientemente de la edad.

¿Cómo te sientes enseñando a gente más mayor?

Igual que con cualquier otro alumno de edad menor. Hay niños que han estado metidos en la cocina con sus padres desde muy pequeños y gente mayor que sólo descubre la cocina ahora. Lo que sí que siento cuando enseño es la felicidad de tener esa oportunidad, de poder compartir mis conocimientos. Tengo la ilusión de que les guste aprender tanto como a mí, al igual que el amor por la cosas bien hechas.

En fin, para mi es una aventura motivada por las ganas de comunicar la cocina y los sabores que he ido descubriendo a lo largo de mi vida.
Al cabo del día no importa el recorrido, un plato cocinado con pasión se saborea con el corazón.